¿Cómo funcionan las fajas postquirúrgicas?

Una de las etapas más importantes de cualquier tratamiento médico o estético que involucre cirugía es la recuperación. De hecho, el éxito de un proceso quirúrgico depende en gran medida del seguimiento de las instrucciones que el especialista haya recomendado para el período inmediato posterior a la realización de la cirugía y en las semanas o meses posteriores, según sea el caso. En el caso particular de cirugías estéticas como la liposucción, dermolipectomía, reducción de abdomen o abdominoplastia, estas recomendaciones incluyen medidas como evitar esfuerzos físicos y usar fajas posquirúrgicas, que son un gran apoyo que, si se usan correctamente, pueden contribuir excelentemente en el proceso de recuperación.

FUENTE Y AUTOR:  Dr. Armando Torres Madueña

 

Antes de hablar de las características de las fajas posquirúrgicas o postoperatorias y los beneficios que puede traer su uso, es importante mencionar que este tipo de prendas no son recomendables para todas las personas que se han sometido a una cirugía estética como liposucción o lipoescultura. Es muy importante que el médico especialista que se ha hecho cargo de la operación, que conoce la historia clínica del paciente y las condiciones particulares de su salud, sea quien indique el uso de este tipo de prendas. Solo el médico puede determinar las características particulares que debe cumplir la faja y decidir su período de uso, y en todo caso es necesario que se sigan estas instrucciones para garantizar la seguridad y comodidad del paciente.





Características:

Las fajas postoperatorias o posquirúrgicas no son fajas convencionales que se pueden encontrar disponibles en el mercado para definir la figura o mejorar la postura, son prendas especialmente diseñadas para brindar apoyo a la zona operada quirúrgicamente, por lo tanto, los materiales utilizados en su fabricación, su corte y modo de ajuste, son muy diferentes a los de las fajas de uso habitual. Una faja posquirúrgica reúne las características que la hacen apta para sostener los músculos y tejidos del cuerpo en la zona que fue sometida a la operación, para que tenga un mejor soporte durante el período de recuperación. La particularidad de estas fajas, es que son de compresión, por lo que el soporte que ofrecen es mayor y se ajusta mejor al cuerpo de los pacientes que se han sometido a una operación estética.

Contrariamente a la creencia popular de que este tipo de fajas son muy incómodas o que resultan antiestéticas porque hacen bultos o arrugas que se notan en la ropa, si eliges la talla adecuada no tendrían por qué causarte ningún tipo de molestia y podrás usar cualquier tipo de prenda.

Este tipo de malentendidos son los que hacen que muchas personas no utilicen las fajas, a pesar de que su médico las haya indicado, lo que puede tener consecuencias que dificultan la recuperación y ponen en riesgo la salud del paciente.

Los materiales con los que se fabrican las fajas postoperatorias o posquirúrgicas son elásticos para facilitar el ajuste y aportar mayor comodidad y su tiempo de uso varía según el tipo de cirugía a la que se haya sometido el paciente. En el caso de la liposucción, el uso de una faja suele ser indicado por el médico al menos durante un período de cuatro a seis semanas después de la cirugía, un tiempo de 22 horas al día.

Pasadas estas semanas, el médico indica reducir el número de horas que se ha de llevar la faja durante el día, hasta eliminar por completo su uso. Durante la etapa de recuperación es fundamental acudir a citas médicas de manera oportuna para evaluar el progreso de la cicatrización y la adaptación de la piel y los músculos a la nueva figura corporal después de una cirugía estética para reducción de tamaño. Durante estas visitas, el médico indicará los cambios de talla necesarios y nuevos ajustes de la faja para permitir que el cuerpo se adapte correctamente.

Además de brindar soporte a la zona intervenida, sujetando los músculos y tejidos que quedan vulnerables tras la operación, lo cual es fundamental para realizar movimientos sin comprometer la seguridad del paciente. Las fajas son prendas que son excelentes para ayudar a que la piel vuelva a su lugar, gane firmeza y así el cuerpo se adapte satisfactoriamente, para lograr los resultados deseados. Todo lo anterior se consigue mediante la compresión que ejercen sobre la zona, de forma que ayuden a reducir la inflamación, prevenir sangrados y reducir hematomas, fibrosis, dolores y otras molestias que se presentan tras una cirugía como las que mencionamos.

En las primeras semanas posteriores a la operación el médico indica un uso prolongado de la faja, esto se debe a que el apoyo que brinda permite a los pacientes tener un mejor control sobre su cuerpo y poder retomar gradualmente sus actividades diarias sin riesgos. Entre otros beneficios de este tipo de prendas está la corrección de la postura, la reducción de la flacidez y su contribución al proceso de cicatrización.

Si planeas someterte a una liposucción o lipoescultura, te recomendamos que consultes con tu médico sobre los pasos que tendrás que seguir para prepararte para la operación y las recomendaciones de cuidados en el proceso de recuperación. Recuerda que seguir las instrucciones al pie de la letra es determinante para el éxito de la cirugía.

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